Dios se llama Misericordia
Cada día es una nueva oportunidad de vivir el amor que Dios nos regala, y vivirlo es sencillamente compartir con los demás hermanos eso que hemos recibido, la gracia de Dios que se desborda sin cesar, esa que te impulsa a ser mejor, a ser feliz, a dar todo lo bueno.
Bendiciones infinitas.
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